Con el título de “Los candidatos responden” se celebró el lunes 27 de abril 2015, en la sala Víctor de la Serna del Círculo de Bellas Artes, un debate entre los candidatos a alcalde del ayuntamiento de Madrid. El encuentro, inédito hasta ahora, se debió al empeño y buen hacer del Club de Debates Urbanos que se encargó de convocarlos, y que consiguió, si no que “respondieran” a una serie de cuestiones que les había repartido de antemano pidiendo su posicionamiento, al menos sí que “casi” debatieran. Concurrieron los candidatos de todos los partidos: Antonio Miguel Carmona (PSOE),  Manuela Carmena (Ahora Madrid), Raquel López (IU) David Ortega (UPyD), Begoña Villacís (Ciudadanos), a excepción de la cabeza de lista del Partido Popular, Esperanza Aguirre, que envió al número dos de la candidatura, Iñigo Henríquez de Luna. Mi intención con este post, como con casi todos demás, es poner en orden mis ideas sobre el debate y ofrecer a los que quieran un lugar de comentario. Me excuso de antemano ante los candidatos si creen que no reflejo bien su posición.

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“Los candidatos responden”, lunes 27 de abril 2015, sala Víctor de la Serna del Círculo de Bellas Artes

Creo que se puede resumir lo debatido en cinco puntos. Primero, el lugar en el que se situaron los candidatos y su actitud; después, su opinión respecto a la transición entre mandatos y equipos y la necesidad de rendición de cuentas; relacionado con ello, pero como capítulo propio, estaría la forma apresurada en que parece que se están cerrando grandes operaciones; cuarto, lo que se dijo respecto a modos de crecimiento, desigualdad, etc. Y, por último, retendré las medidas de participación y de relación con los vecinos que se anunciaron por los candidatos.

Empiezo pues por la posición de partida de todos ellos. Manuela Carmena quiso, desde el inicio y en repetidas ocasiones, orientar (y reorientar) el debate en el sentido de que no se trataba de plantear ideas sueltas sino de identificar problemas y de apostar por un tipo de gobierno que admita las críticas; el candidato del PP reivindicó una gestión eficiente de 26 años que contrapuso, pese al tiempo transcurrido, a la que consideró ineficaz del gobierno municipal socialista (¡de hace más de un cuarto de siglo!), y se amparó en todo momento en la crisis para las posibles explicaciones que se le pedían. Por parte del PSOE, Antonio Miguel Carmona defendió el valor de aquel urbanismo de la austeridad y de la recuperación de la ciudad de 1985, y se quejó de los plantones repetidos que le estaba dando la candidata popular. Los candidatos de UPyD y de Ciudadanos se situaron en la perspectiva corta, el primero de cuatro años de presencia vigilante, y parece que muy activa, en el ayuntamiento, y la segunda de entrada en política de profesionales, “frente a los profesionales de la política”. Finalmente, Raquel López se enorgulleció de los cuarenta años de su partido y apostó por una mayor participación de los vecinos en los debates.

Los candidatos de la oposición reclamaron en todo momento que el ayuntamiento saliente rindiera cuentas como ejercicio de salud democrática insoslayable. Lo dijo desde al principio Carmena y se sumaron los demás. Resulta indispensable, entendieron los oradores, por la evolución presupuestaria, la asignación de partidas, el balance del gasto, la cuantía de la deuda,  y la evidencia de grandes desigualdades entre barrios, incluso de bolsas de pobreza. También como aclaración necesaria de pasados despilfarros como, por ejemplo, lo que allí se llamó “los tres sueños olímpicos”, las tres frustraciones, o el conocimiento, manifestado por Manuela Carmena, de que se han producido por falta de gasto, devoluciones de partidas sociales. La mayor parte de los candidatos adelantaron que optarían por auditar la deuda, Villacís habló más bien de auditar el ayuntamiento. Esta obvia reclamación de rendición de cuentas y de suministro de la información coincide en el tiempo, pero no en el fondo, con la reciente publicación en el portal del Ayuntamiento de una web muy vistosa a la que se ha llamado “Momentos Madrid”, que en palabras de la alcaldesa Botella pretende ser un balance de su actuación, “los grandes titulares” de lo que han hecho. Quede muy claro que este supuesto balance (del que algo diré después) no puede en modo alguno sustituir a una verdadera rendición de cuentas.

Otra idea recurrente que compartieron los candidatos ajenos al partido del gobierno  fue el escándalo por la precipitación con que en los momentos finales del mandato se están cerrando acuerdos, firmando convenios y/o se están dando licencias de grandes operaciones, entre ellas y sobre todo Chamartín y Campamento. Estamos asistiendo dijo Villacís a una verdadera compulsión de cierres de contratos, lo que genera inseguridad y sospecha.  De Chamartín y Campamento se comentó su larga historia, las cesiones que parece que se están haciendo a los actores privados de una forma muy poco transparente, la ampliación y cambios de usos que se están permitiendo: todo ello parece exigir información, tiempo, reflexión y sobre todo que lo emprenda una legitimidad nueva o renovada. Ortega de UCyD advirtió atinadamente que en los últimos años los principales actores urbanísticos habían acabado siendo los tribunales de justicia,  como muestra la reciente paralización de la operación Mahou-Calderón o de la ampliación del estadio Santiago Bernabeu. Carmena manifestó que es tan evidente que las grandes empresas constructoras llegan a acuerdos entre sí para repartirse las obras y servicios municipales que apenas hay reclamaciones de unas con respecto a otras, porque constituyen un verdadero cartel; la candidata de IU se lamentó de que la privatización de los servicios públicos a favor de las grandes empresas haya llegado a tal punto que una de ellas está ya metida incluso en las escuelas infantiles, y se preguntó cómo se van a poder revertir contratos que el gobierno del PP ha blindado por muchos años. Carmona por su parte, además de decir que se negaba a convertirse, como alcalde, en consejero delegado de ciertas grandes operaciones, propuso algunas soluciones al problema de la falta de vivienda y de los desahucios como la expropiación del usufructo temporal, durante tres años, de las viviendas vacías en manos de los bancos.  Henríquez de Luna sostuvo que había que tener en cuenta la crisis para entender algunas operaciones, que las grandes se tendrían que decidir con “participación directa” y que no se podía venir de forma repentina tratando de imponer un modelo de ciudad. Prefirió mencionar actuaciones aparentemente menores, como por ejemplo, que Madrid había sido la primera ciudad en introducir bicicletas eléctricas y afirmó que su partido “era el que mejor se adecuaba a la orografía de la ciudad”. Oír para creer.

Al día siguiente de este debate, la corporación municipal, a instancias de la concejal de Urbanismo, paralizó parte de las obras de la operación Canalejas, al entender que la demolición estaba afectando a áreas de máxima protección histórico-artística, por lo que tendrían que ser autorizadas, cosa que a ella, por otra parte, le parecía muy posible. Ese mismo día, en el último Pleno del mandato, se aprobó el plan de control ambiental de la operación Canalejas, el disparatado, a mi juicio,  centro comercial de Madrid Río, la reforma del palacio de Congresos del paseo de la Castellana, la reconversión en viviendas de las antiguas cocheras del Metro en Retiro, y más cosas. (El País, 29 abril 2015),  quedando pendientes, después del último pleno, la operación Chamartín o las de la plaza Mayor y plaza España.

“Respetando el pasado, construimos el futuro” (un hotel de lujo, centro comercial y aparcamiento) Fte. Cártel Obra

“Respetando el pasado, construimos el futuro” (un hotel de lujo, centro comercial y aparcamiento) Fte. Cártel Obra

Un cuarto tema fue lo dicho o debatido en torno al modelo de crecimiento y las medidas para combatir las desigualdades; las posturas estuvieron, como parece lógico, muy determinadas por el diagnóstico previo, por la consideración, entre los candidatos de la oposición, de que los mayores problemas resultan de una mala gestión y del enorme endeudamiento de las cuentas municipales, cuestiones sobre las que dio muy buenos ejemplos David Ortega (no solo el extraordinario sobrecoste de Madrid Río con el endeudamiento bien conocido, sino también ciertas infraestructuras urbanas absurdas, como esa rotonda ciega de Mequinenza que no va a ninguna parte, acabada pero sin carriles).  Hubo pronunciamientos claros a favor de un modelo de ciudad de crecimiento más contenido, más pausado: “contra el vicio de construir hay que tener la virtud de conservar”, afirmó Manuela Carmena, postulando que se debe hacer ciudad, completarla, actuar sobre todo en los barrios más desfavorecidos, un proyecto en cadena de mejora de barrios. Apostó además por promover y favorecer la actividad industrial frente al colmatado residencial del suelo municipal resultante del Plan General de 1997.  Por esta gestión más cercana a los barrios se pronunció también Raquel López insistiendo en que hacía falta abordar una verdadera situación de emergencia social: dio los datos de precarización de los trabajadores municipales, del ERE de Madrid Río que el PP siempre presenta como una operación de éxito en todos los sentidos (y que, y esto lo digo yo, necesitaría un estudio completo, no solo de costes, también de impacto, de usos, de plusvalías, de alternativas, de diseño,  etc, para saber de qué estamos hablando). La candidata de IU se preguntaba qué vamos a hacer con tantos hoteles de lujo, con tantos centros comerciales, y si no darán lugar también a su burbuja. Begoña Villacís apostó por una modernización de la gestión, por revisar tasas o impuestos que son ilegales (como las del vado o la basura) o que han crecido de forma descomunal (como el IBI) y dijo ser portavoz de unos vecinos que se sienten “ordeñados, acosados”. El candidato del PP anunció rebajas y bonificaciones fiscales, entre otras la del IBI, reiteró que se ha reducido en 40 % la deuda en tres años, y sostuvo que Madrid es el número seis de siete en el ranking tributario, afirmación replicada desde la mesa en el sentido de que si se incluye el catastro pasábamos al tercer puesto. En relación a todo ello se mencionó con insistencia la necesidad imprescindible de suprimir un número muy importante de asesores y de recuperar en plenitud de funciones a los cerca de 30.000 funcionarios municipales, “su dignidad” se dijo.

Una última cuestión se refirió a la participación ciudadana. También en ello la posición de la candidatura del PP fue distinta: en efecto, Henríquez de Luna defendió en ocasiones la participación “directa”, la dirigida al ciudadano particular, y en todo caso cuestionó duramente la representatividad de asociaciones y grupos que se toman por los únicos interlocutores. Tiene que ver con “el diseño por todos” del que habla la web Momentos Madrid a propósito de la Plaza España y a lo que luego me referiré.

Los demás candidatos, con más énfasis los de la izquierda, reclamaron más participación, más transparencia. De forma más concreta se habló de más descentralización hacia las juntas de distrito (Carmona), más inspección por parte de los funcionarios (López), rendición de cuentas periódica y modernización (Villacís). No deja de ser muy significativo que los candidatos de PP y PSOE hicieran ostentación de sus referentes europeos, los alcaldes socialistas de Lisboa y Paris, varias veces mencionados por Carmona, el de Londres, “ese sí que es una referencia” afirmó Henríquez. Y lo es, Londres está espléndido, es una verdadera “ciudad global” pero no por eso deja de ser fachada que oculta muchas cosas. Y si no, que le pregunten a Iain Sinclair sobre las desapariciones de las memorias en Londres y los proyectos faraónicos. Menos mal que en el debate se habló también al final de patrimonio y paisaje.

Del balance de actuación por el Grupo Popular del Ayuntamiento, llamado (no sé si con pretenciosidad o cursilería) Momentos Madrid lo mejor quizá sea la presentación digital, por áreas de actividad y por distrito, aunque me temo que haya sido cara y, no sé si muy necesaria. En realidad no se trata de un balance, sino de un catálogo de actuaciones, grandes y pequeñas, culminadas o en proceso. Contiene a  mi juicio muchas  trampas, empezando porque en las palabras de la alcaldesa se recurre al reconocimiento genérico hacia los esfuerzos y sacrificios de los ciudadanos, ese “todo esto ha sido posible gracias a vosotros” tan de los políticos, que acaba involucrándonos en unas actuaciones en las que no solo no hemos participado sino que de muchas disentimos. En segundo lugar, los que hemos tenido alguna vez la responsabilidad de rendir cuentas, sabemos que si es de verdad, no todo puede ser positivo, no todo falsa modestia con un balance enteramente laudatorio. Y por último, ni se rinden cuentas, ni se hacen balances, se enumeran hechos a veces con cifras de inversiones de muchos euros, de muchos metros cuadrados, de toneladas métricas, sin que sepamos realmente por qué eso tan grande es bueno, y qué hemos tenido que ver en ello.

Voy a referirme a algunas de las cuestiones de las que puedo tener opinión fundada, el urbanismo o los arbolados y parques. Se afirma que se ha utilizado al urbanismo como aliado de la activación económica (cosa que no es buena por principio, más bien debería ser al revés, así hemos hinchado la burbuja, con la construcción de muchas viviendas en mucho suelo clasificado como urbano o urbanizable), la vertebración urbana (nunca la ciudad ha estado más desvertebrada, basta con mirar su imagen de Google), la cultura y el servicio (¿?). Para afirmaciones vacuas las que acompañan a algunas actuaciones: el ámbito Mahou Calderón titulado “más ciudad en la ciudad”, soterrar la M30, “solo” 23 % de suelo edificado (falta decir cómo) y un paseo de ribera. Hemos llegado a un punto en que parece que basta con ofrecer zona verde de cualquier tipo. ¿Un proyecto de esta envergadura no debería ser consultado de verdad a los vecinos, a los madrileños y quizá  no solo a ellos? Estamos hablando del frente de la ribera del Manzanares que pintó Goya y que es patrimonio madrileño.

Operación Mahou Calderón. Web Momentos Madrid

Operación Mahou Calderón. Web Momentos Madrid

El “complejo Canalejas” pertenece, por lo visto, al que se califica de “urbanismo inteligente” como “palanca anti-crisis”: convertir en una sola manzana y un único edificio multifuncional los seis imponentes edificios de los bancos y otros. El objetivo: “revitalizar el centro histórico” y hacerlo más cualificado (¿en qué?) y más competitivo (¿frente a qué?), eso sí enterrando el tráfico privado con la excusa de facilitar el tráfico público en superficie. Como el propio Ayuntamiento sabe bien porque lo ha aplicado, hay muchas otras formas de sacar el tráfico, entre otras prohibirlo, y desde luego un hotel de lujo y un centro comercial del mismo tipo solo es revitalización para un tipo de público y un tipo de turismo, todo bastante exclusivo. Y puesto que el ayuntamiento tiene, como nos dijo Henríquez, las políticas londinenses como referente, que piense en las políticas de reducción del tráfico en Londres, y su tasa de congestión que no es exactamente los mismo que la discriminatoria y de finalidad puramente recaudatoria que aquí se aplica a través de los parquímetros, el SER. A este respecto la web del Grupo Popular dice que Madrid es la primera ciudad en haber aplicado criterios de sostenibilidad a la gestión del aparcamiento en superficie de manera que en la tarifa SER los vehículos de menos emisión (medidos solo por años) son bonificados y los de mayor emisión (mismo criterio) penalizados. A lo mejor sí es verdad pero es que en general las ciudades más atentas a la contaminación más bien reducen la entrada de coches en el centro, mejoran el transporte público, y crean grandes aparcamientos disuasorios. Eso sí, lo que sin duda el SER ha conseguido por sus altas tarifas y la no devolución por el tiempo no consumido (inaudito en una administración pública tan preocupada en aplicar tasas de mora), es generar efectos frontera fuera del recinto de la M30, donde vienen a aparcar los conductores que trabajan en los márgenes interiores creando efectos insospechados. Lo puedo asegurar porque que vivo en Arturo Soria. Por lo visto esa sostenibilidad no importa en las fronteras.

Un ejemplo de la participación “directa” que propugna el Grupo Popular se puede ver en la operación rotulada en Momentos como “una nueva Plaza España diseñada por todos”. “Todos” quiere decir que se ha tenido abierto un portal digital entre octubre 2014 y febrero 2015, en el que se han colgado, eso sí, muchísimos documentos, con propuestas bastante cerradas de circulación rodada y aparcamientos subterráneos. “Todos” quiere decir que la web ha tenido 17.000  visitas y que se han hecho 70 sugerencias. Y mientras tanto tres grupos hoteleros han ido tomado ya posiciones, como muestran la compra del hotel Intercontinental por un grupo santanderino, el quinto hotel VP Plaza España y la venta del Edificio España por el Banco Santander al magnate chino Wang Jianling. Es muy  interesante consultar la documentación y cómo se presenta; por poner un ejemplo, se hace un diagnóstico del estado deplorable en que se encontraría la vegetación y de que los árboles son “alóctonos”, (¿desde cuándo deben ser autóctonos en la ciudad, no se trata de que den sombra o hagan agradable la estancia o el paseo?, otra tergiversación más de lo política y ambientalmente correcto),  y en consecuencia se plantean talas considerables. Eso sí, argumentando que se va a aumentar la superficie de espacios verdes. Los participantes han dicho en su mayoría que no se toquen los 414 árboles bajo ningún concepto,  que les dejen pasear, que no quieren más plazas duras… El informe final concluye que el arbolado no es preocupación prioritaria.

Así que abandonemos toda esperanza, y que reine el llamado Bosque de los ciudadanos, habilitado generosamente para que vayamos a plantar un árbol cuando sintamos necesidad en el llamado parque forestal de Valdebebas. Temor me da ese futuro parque Felipe VI, de 470 ha, ¡más que la suma de Hyde Park y Central Park de Nueva York!, en el que se van a representar las principales formaciones vegetales de los paisajes del centro peninsular, manchegas, alcarreñas, montanas. Con autoctonía y nocturnidad. A ver quien lo cuida y lo administra luego. Y eso que el balance Momentos se coloca bajo el lema de “más con menos”.

En fin conformémonos con que el barrio de Tetuán según el mims documento se haya convertido en el Soho madrileño (sic), y que se haya presentado  la candidatura del el conjunto Retiro-Prado con sus museos a paisaje cultural patrimonio de la humanidad de la Unesco. Mientras tanto ya se han puesto a talar, y es que los árboles del paseo del Prado están enfermos, no nos descuidemos.

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Valdebebas. Bosque de los ciudadanos. Fte. Momentos Madrid

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Tala Paseo del Prado. 22 de marzo 2015. Foto Teresa Arenillas

 

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