Hace diez años que murió José; José Manuel para su familia y amigos pontevedreses, Sarandeses entre urbanistas y arquitectos. No se trata aquí de los sentimientos que me provoque a mí, que fui su mujer, ni a sus hijos, que quisieron conmemorar ese aniversario con una pequeña esquela donde figuraban sobre todo los cuatro nietos que no llegó a conocer y que tanto le habrían entusiasmado. Se trata de recordar al hilo de los diez años transcurridos sus ideas de diseño urbano, de planeamiento urbanístico, y sus concepciones arquitectónicas. Para ello recupero aquí el artículo necrológico que escribimos sus hijos y yo en respuesta a la generosa petición de Javier García Bellido, editor de la Revista Ciudad y Territorio, que desgraciadamente también desapareció poco después.
Yo aconsejo a los lectores de hoy que sigan consultando la Guía de Diseño Urbano de Sarandeses, Herrero y Medina. Porque contiene muchas cosas que siguen siendo importantes, o mejor dicho que se han vuelto de total actualidad: si eso de sostenibilidad quiere decir todavía algo y si el volver la vista, cuando se necesita, a las soluciones tradicionales, coherentes, reflexivas y baratas, alejadas de propuestas sobredimensionadas y efectistas, es recomendable, en la Guía se encuentran muchas claves.
¡Cuánto le echamos de menos! ¡Que precursor fue en todo lo que pensó y escribió! Avanzado, al menos, en 15 años a su tiempo; lo digo en serio. Y qué locura fue escribir ese artículo necrológico tan sesudo a los pocos meses de perderle 😉 Un beso muy especial, Andrés.
No sabes cuánto me gusta que nos encontremos en estos espacios blogueros compartiendo ideas y emociones. Le digo a Alfonso que tú me enseñaste a entender esed módulo urbano infinito de la Guía, no te lo dije entonces, pero creo que yo no lo había entendido. Y que conste que no era tan sesudo y inadecuado ese texto que he colgado, creo que más bien pudoroso. Yo que soy la reina de los emoticones con tus hijos, aquí no se devolvértelo. Beso
de regreso por Madrid después de 30 años, busque en Internet con 3l afán de poderlo ubicar, pero me entero de si partida.
Tuve la suerte de hacer algunos trabajos para él y lo temgo siempre presente.
Un saludo a su familia
Ing. Juan Carlos Marti
Muchas gracias, Juan Carlos, se lo transmito a Andrés e Inés. Gracias por tu recuerdo. Si, hace ya veinte años.. Saludos Josefina
Acabo de enterarme por Andrés de la existencia de tu blog y de esta entrada de recuerdo a José. Yo también lo echo de menos. Recuerdo aquellas conversaciones en la cafetería de la ETSAM, de gallego a gallego. Cuánto aprendí entonces. Dice Andrés que iba avanzado a su tiempo. Claro que sí. Pero no es que fuera sólo avanzado a su tiempo, es que era heredero de un amor a la naturaleza tópicamente gallego. Y lo sé porque la familia de mi padre y la suya estaban ancladas en la relación con la tierra, procedían «do mismo corruncho». Esa relación con el lugar, con el sitio, que tan bien sabía detectar, parece que ahora se empieza a poner de moda. Pero no es una moda, es la esencia de lo auténtico. Besos.
Gracias, José. Lo de Galicia es muy cierto. Yo no conocía casi Galicia hasta que empecé a ir con José, y con su familia. Mis suegros eran admirables, en ese sentido que dices tú, tan locales y tan globales. En la aldea del padre de José, Cesariños, a la que a finales de los sesenta no se llegaba en coche, sino andando por un camino emparrado, que a José le seducía, me llamó desde el principio la atención lo anclados que estaban todos allí, y asl mismo tiempo la de idas y venidas que habían tenido, a Europa como canteros, a América. No llegaban los coches y los cubiertos eran suecos. Pues algo así le paso a José, que nunca perdió como dices tú el sentido de la tierra y de la naturaleza. Pero al mismo tiempo era la persona más adicta a la Bauhaus, a Mies, o a Wright o en su momento al minimalismo. Yo aprendí mucho con él, en realidad me formó la mirada para siempre. Tanto que ahora miro con escándalo, lo que ha pasado, lo que se ha hecho y lo que se hará. Yo te sigo en tu blog. Gracias también por él. Un abrazo
Fue un placer colaborar en todo el proceso de redacción ( y esencialmente de elaboración de gráficos), de éste imprescindible libro. Un recuerdo muy afectuoso.
Alfonso, qué gusto saber de tí. Sabes cuánto te quiero. Me alegro que tengas en el recuerdo esa colaboración: me enseñó Andrés a saber entender la supermanzana de la Guía. Sí, los gráficos son imprescindibles: supongo que participarías en los de las distintas tramas urbanas y la distribución de los espacios abiertos: con cuantos tópicos terminaron! Los reproduce Ramón López de Lucio en su reciente libro sobre morfologías urbana. Y yo me encuentro ahora por el mundo usándolos para perorar sobre la importancia del diseño urbano; que sí, arquitectura bien, planeamiento también, pero que sea a costa del diseño. El buen diseño tiene bastante que ver con eso que llamamos la calidad de vida. Lo aprendí de José. Ya me contarás de tu vida. Un abrazo
Esa foto de José y las palabras tuyas y de Andrés me han removido muchas cosas en el corazón. Era ciertamente un innovador y yo le conocí fuerte y con absoluta fe en sí mismo y también frágil, fue muy importante en mi vida y yo también le echo de menos, ahora más que nunca. Gracias por el recuerdo y por la foto.
Pues lo que es un lujo son tus palabras. Es verdad que al final la imagen temporal que queda de José es la de fuerza y convicción que hasta irritaban, y también fragilidad, no debilidad, fragilidad. Está muy bien expresado.Y por qué será que en esta época tan espeluznante y tan sórdida se le eche más de menos, supongo que por lo primero. Pero como dice Andrés, tendremos que dejarnos ya de sentimentalismos, lo que no impide que vayamos confrontando la memoria de cada cual. Gracias, Elena.
Hola de nuevo: sí, la «supermanzana» no era fácil de entender, pero una vez comprendida, me parece (y que me perdone todo el mundo por lo que voy a decir) que se ponía a la altura del mismísimo Cerdà: ¡también lo pienso en serio! Bueno, paro ya, que nos ponemos todos sentimentales; no sin antes agradecer la participación de José y Alfonso: sólo los que estuvimos por ahí sabemos cuánto le debe esa guía a Alfonso; y estoy de acuerdo en lo que dice José, que algo hay de explicación de la visión cosmopolita y moderna de JMS en su vínculo a su tierra. Como por cierto, le ocurría también a De la Sota, que había sido su primer maestro. Un beso, AM.
En lo de la supermanzana, quizá exageremos un poco. Yo las proyecté en Berlín, y como no me daba tiempo de explicarlo (y además lo tenía que hacer en inglés) se quedaron un poco pasmados todos, no sabían qué era, si una greca o un baldosín. Pero es verdad que la idea del crecimiento infinito y de verlo todo desde la vivienda y el espacio abierto sí que es de cerdániana. Yo no sé cómo salió eso.
Siento no haber escrito antes pero es que este tema me toca especialmente el corazón, y me cuesta hablar de ello; yo tb le echo infinitamente de menos, y ojalá estuviera aquí con nosotros, a nivel personal y profesional! Bss
Sí, lo pensamos todos, Inés. Probablemente no se creería lo que pasa, ni cómo la vida laboral se os ha puesto a vosotros boca arriba. Nuestros padre, los de él y los míos, siempre pensaron -y casi supieron- que nosotros desde el punto de vista material íbamos a vivir mejor que ellos, y nosotros también lo pensamos en relación con vosotros. Yo ahora, con la gran recesión invadiendo todo nuestro espacio, tengo algo de mala conciencia de no haber entendido que a José le golpeó ya la crisis de los primeros noventa: yo sabía que le costaba conseguir encargos, que tenía que hacer de todo para ello, incluso lo que más le molestaba, eso sí con un límite que siempre comentó: «yo aceptaría el encargo de construir cualquier cosa, eso sí, menos una cárcel.» Besos,
Acabo de encontrarme con tu recuerdo y todavía le recuerdo, era su enlace en el Ministerio de Fomento para la edición del libro, diciéndome porqué no utilizábamos una tipografía mayor o regalábamos un lupa. Hoy cada vez que veo la tipografía de algunos libros me acuerdo de él. Por cierto, dispongo de algunos ejemplares por si os interesara recogerlos.
Un abrazo
Gracias, Paloma, por tu recuerdo. Y gracias por lo bien editada que está la Guía de diseño urbano: fotos y esquemas se ven perfectamente a pesar del tamaño. La lata que te daría José con lo meticuloso y perfeccionista que era. Está bien como Ciudad y Territorio, que ya tiene más de cuarenta años, ¿no? los directores pasan y tú la sigues llevando muy bien. Acabo de recibir el último número: no es frecuente que una revista española dure tanto y con tan buen nivel siempre. Pasaré a recoger los libros. Gracias y un abrazo
HOLA, ME INTERESA EL LIBRO «GUÍA DE DISEÑO URBANO» DONDE LO PUEDO COMPRAR, YO ME ENCUENTRO EN URUAPAN, MICHOACAN.
Yo no entro en los blogs, y hoy me encuentro con esos recuerdos de hace ya cuatro años, porque estoy intentando que de los 100 millones que el Ayuntamiento de Madrid da de los presupuestos totales a la Junta municipal de Chamberí para este año de 2017, parte se inviertan en un proyecto que remodele de nuevo la plaza según el proyecto de José que ganó el concurso para la plaza y que en su momento no realizó la Junta, así como una posible remodelación de su entorno. Los vecinos estamos enormemente agradecidos a su colaboración y a sus amigos o colaboradores les insto a que, si quieren y pueden, me ayuden en este interés mio.
Pues le deseo que tenga éxito. Sarandeses se involucró muchísimo con el proyecto. Un saludo
Fuimos compañeros en Estudio Lamela hace muchos años
le recuerdo como una persona honesta y con ideas muy claras
difícil de integrarse en un colectivo dirigido por otro arquitecto.
Descanse en paz
Muchas gracias por el recuerdo. Sí, en aquella época del Estudio Lamela es cuando yo éramos novios, supongo que sí, que no era fácil de integrar. Recuerdo que justo dejó el estudio y nos casamos y nos fuimos a vivir a París. Mi padre no se lo podía creer: Pero, Sarandeses, le decía, uno se casa cuando encuentra un trabajo, no cuando lo deja. Un abrazo
Conocí a José Manuel en Pontevedra, en una jornadas sobre el árbol y la ciudad, el viajó a Terrassa en un par de ocasiones y fue de las pocas personas que me transmitieron que había sido una sorpresa para él conocerla, sus edificios modernistas le asombraron, pero en aquel entonces le asombró la peatonalización del centro urbano, que por desgracia no tuvo continuidad, y así estamos que en pleno siglo XXI es su Pontevedra querida, la ciudad modelo a seguir para todos. Cuanjdo explico la transformación de Pontevedra le veo a el, hoy ha sido uno de ess días
Muchas gracias Jordi por tu evocación. cuando ahora veo la evolución de los árboles (en Madrid, después de la tormenta FIlomena, hubo una verdadera escabechina, y todavía se calló uno que estaba totalmente volcado sobre un paso de peatones y mató a una persona y nadie ha dado la más mínima explicación) sí pienso que cuánta razón tenía José sobre la importancia de los árboles urbanos. Y recuerdo que me contó su viaje a Tarrasa y su admiración por arquitetura y espacios públicos de los que creo que te ocupas. Qué desastres las vueltas atrás en peatonalizaciones… Un saludo