La Asociación de Geógrafos Españoles y el Colegio de Geógrafos me han hecho el honor de concederme el Premio a la Nueva Cultura del Territorio en su quinta edición. La entrega fue el 2 de junio en una ceremonia entrañable en la sede de la Puerta de Toledo de la Universidad Carlos III de Madrid. Ya dije entonces que me parecía que tenía más veteranía que mérito, y lo ratifico aquí.  Como también quiero insistir en la satisfacción de recibirlo, el agradecimiento a la AGE y al Colegio en la persona de sus presidentes. Fue para mí emocionante también porque me acompañaron tantos amigos a los que quiero y admiro.

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Entrega Premio NCT. Josefina Gómez, Antonio Prieto Presidente Colegio Geógrafos, Carmen Delgado Viñas, Presidenta AGE, Rafael Mata Olmo, director Dpto. Geografía UAM.

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2 de junio 2017.  Misma composición de la mesa. Carlos Manuel Valdés, vocal Colegio delante.

Pero quiero en este blog, más que hablar de mi circunstancia, comentar aquella iniciativa de hace once años, de mayo 2006, el manifiesto por la nueva cultura del territorio que fue suscrito a iniciativa de la AGE y del CG por varios centenares de profesionales, de diversos campos.

En él se expresaba la preocupación por los daños sufridos por el territorio con motivo de la burbuja y la exigencia de medidas inmediatas de entendimiento y gestión territoriales prudentes y “cultas”. El diagnóstico no podía ser más acertado ni la alarma más oportuna, dos años antes del estallido brutal de la crisis, que se ha dado en llamar “la gran recesión”. Diez años después hemos visto cómo se han quebrado nuestras sociedades y desde luego nuestros territorios.

Se advertía en el manifiesto contra el riesgo económico y financiero de la urbanización desenfrenada y de la construcción de vivienda masiva y desajustada de la demanda. Transcurridos esos diez años de crisis económica y social, comprobamos que la fractura territorial es en gran parte irrecuperable. Todavía más, la social que se retroalimenta además con el miedo a la globalización y a la sustitución de la fuerza de trabajo por las herramientas tecnológicas en prácticamente todos los campos, pero empezando sin duda por los más vulnerables. Miedos que están dando lugar a respuestas desconcertantes, que a su vez generan más miedos y más rechazo.

Se hablaba también en el manifiesto del consumo voraz y depredador que se estaba haciendo del territorio por la sobreurbanización y su carácter difuso. Y en efecto, lo que leemos hoy en la literatura geográfica nos describe ruinas territoriales, territorios confusos y sobre todo esos “ territorios inacabados” que abordaron los participantes en el XII Coloquio de Geografía Urbana de Madrid, con ejemplos escandalosos. Lo territorial y lo social aparecen unidos y por eso el libro que editaron Dolores Brandis, Isabel del Río y Guillermo Morales de aquel Coloquio y publicó Biblioteca Nueva, se titula acertadamente: Estudios de Geografía urbana en tiempo de crisis. Territorios inconclusos y sociedades rotas en España.

Se alertaba en 2006, contra el desprestigio en que empezaba a caer la ordenación del territorio y se apelaba a que los gobiernos, las administraciones públicas y los representantes populares en las Cortes generales no se desentendieran del territorio. Por desgracia, como dijo Andrés Rábago, El Roto, a quien se le otorgó el premio NCT en su primera edición, “la crisis ha puesto en evidencia la perversión del sistema”, la fraternidad de intereses entre urbanizadores, especuladores y (demasiadas veces) políticos y ello ha llevado a explotar lo que es de todos en beneficio de unos pocos.

En el momento de la entrega del premio, yo traté de decir algo parecido: cuando la amplitud de la corrupción empezó a hacérsenos evidente, comprobamos hasta qué punto tenía que ver con las calificaciones y las recalificaciones de suelo, los proyectos faraónicos, la privatización de los recursos y de los espacios públicos, la complicidad culpable entre urbanizadores y cargos municipales.

Añadía yo entonces que una de las cosas malas para todos es que esas prácticas delictivas pueden llegar a contaminar nuestras conciencias.

El poeta andaluz José Mateos expresa de forma terrible el significado que para nosotros, españoles, tienen las pinturas negras de Goya: “Pintaré los murciélagos del odio/  y los perros que tiñen de oscuridad y sangre /las páginas de Historia. /Pintaré mamarrachos y discordias /porque el mal que hace uno / es de un color que nos acusa a todos.”  Luchas fratricidas, páginas negras, delincuentes grotescos,  respuestas desmesuradas, que sin embargo nos envilecen a todos. El mal de unos nos acusa a todos. Y debemos impedirlo.

Como decía el manifiesto de la NCT: mas que nunca, hace falta cultura del territorio, nueva cultura, ser prudentes, participativos, estimativos en la creación de territorios sostenibles, implacables en la en la defensa de los existentes y de lo que representan como recursos. “Estimar es un lloc” “amar es donde” se contesta otro inmenso poeta, el ingeniero Joan  Margarit a su pregunta Desd d’on tornar a estimar : “amar es dónde” , los lugares y los territorios que nos han hecho y que hacemos.

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El honor que me hicieron la AGE y el Colegio de Geógrafos fue tanto más grande cuanto que tenía yo muy presentes a los premiados anteriores: el primero, ya lo he dicho, en 2009,  Andrés Rábago, El Roto; en 2011  la Fundación César Manrique, dos años después en 2013 Ángel Cabo Alonso y en la cuarta edición de 2015,  Ecologistas en Acción.

Como es natural mi recuerdo más emocionado va dirigido a Cabo, el amigo y el maestro, que tanta inteligencia mostró en el conocimiento de los valores territoriales y tanta capacidad en la manera de transmitirlos. En otro post de este blog he hablado de él y algunos de los que mejor le conocieron han añadido comentarios emocionados e informados. Por eso ahora me produce tanta incredulidad y como satisfacción compartir un premio con él.

Lo mismo me ocurre con los otros premiados. Quiero mostrar en particular mi admiración por la clarividencia que desde hace años muestra el Roto, viñeta a viñeta: una imagen, una frase bastan para expresar, para abrirnos los ojos sobre los mecanismos perversos con los procesos que destrozan las sociedades, el medio ambiente, territorios, los paisajes. Y hacerlo estallar en nuestra conciencia.  En el momento en que se le entregó el premio se recordaba entre otros un dibujo suyos reclamando “menos casas y más hogares”.

La viñeta que reproduzco aquí es de hace unos días, de mediados de este convulso mes de septiembre de 2017, donde el dramatismo de los acontecimientos políticos puede encubrir la realidad de los pantanos vacíos, y la voluntad colectiva e individual de no darse por enterados del cambio climático . Creo que es nuevamente una de sus mejores lecciones de geografía.  Y de cultura del territorio.

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Fuente: El Roto, El País.  15.09.2017

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Teresa Arenillas, Presidenta CDU, Emilia Martínez Garrido, JGM,  Ester Sáez Pombo, Gonzalo Madrazo, Rafael Mata, Pilar Lacasta , Carlos Manuel Valdés, José Antonio Rodríguez Esteban (UAM, UCM y UC3M) y Paloma Ramos (Secretaria CDU). Campus Puerta de Toledo, 2 julio 2017

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